Volveremos a la normalidad tras la crisis del coronavirus…aunque costará

Volveremos a la normalidad tras la crisis del coronavirus…aunque costará

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Si algo ha hecho esta crisis del coronavirus ha sido trastocar la vida de todos. Antes de que estallara, hace unas semanas, todos teníamos nuestra vida más o menos estructurada: familia, trabajo, salidas con los amigos, ocio, viajes, comidas, aperitivos, cine, deporte, partidos, conciertos, aficiones, etc…

Pero con la llegada del coronavirus, o Covid19 como también se llama al bicho, todo ha cambiado.  Estamos viendo cómo se han cerrado empresas y centros educativos, cómo se han cancelado todo tipo de eventos y competiciones: ligas de fútbol, juegos olímpicos, conciertos, bodas, comuniones, festivales, etc… todo lo que podamos imaginar. 

Por otro lado, al estar decretado el estado de alarma, tenemos que estar confinados en casa, por lo que nuestras costumbres están más trastocadas aún.

Quienes no pueden ir a trabajar ni sus hijos van al colegio, porque está todo cerrado, están afrontando una etapa en la que la convivencia se pone a prueba en un nivel máximo ya que están pasando muchas horas juntos.

Desconfinamiento

Cuando se inicie el desconfinamiento, que entiendo que será escalonado y progresivo, volveremos a la “normalidad”, pero tengo claro que será otra normalidad, no la que teníamos antes del coronavirus sino otra bien distinta y os explico porqué:

  • Relaciones Sociales. Vamos a extremar las precauciones, de hecho lo estamos haciendo ya, a veces sin darnos cuenta, mantenemos más distancia, con las manos quietas, sin tocar, sin dar besos para saludar… Cuando salgamos del confinamiento, seguiremos haciéndolo.
  • Trabajo. Se extremarán las medidas de seguridad y prevención, como guardar distancias de seguridad, uso de protecciones, turnos más flexibles, más empresas pondrá en marcha sistemas de teletrabajo…
  • Educación. Un punto complicado por las características de los mismos. Es más que probable que al principio haya que establecer turnos de asistencia a los centros, incluso en jornada de tarde para no juntar a todos los alumnos. La salida al recreo igualmente será por turnos. El problema estará en que todo esto no facilitará precisamente la conciliación familiar, sobre todo en infantil y primaria.
  • Ocio. Vamos a cambiar drásticamente nuestra forma de ver los conciertos, partidos, competiciones, carreras, es decir, las aglomeraciones de gente. Al igual que los espectáculos creo que rebajarán los aforos de las salas, teatros, estadios para la celebración de los mismos. Se impondrá una nueva normativa respecto a medidas de seguridad y prevención de riesgos de contagio.
  • Restauración. Otro punto complicado. Bares repletos de gente, restaurantes llenos teniendo mesas a poca distancia de otras… Será difícil cambiar esa mentalidad y más de una vez ni entraremos a un bar al ver que hay “bastante” gente dentro. A los dueños de estos establecimientos también se les plantea la situación de tener que adaptar sus locales a nuevas medidas de prevención y seguridad.
  • Transporte. Las aglomeraciones del transporte público, los trenes, aviones, etc…todo cambiará para intentar evitarlas. Se optará mucho más aún por el transporte privado, quien pueda claro.
  • Deporte. Otro aspecto de nuestras vidas que va a cambiar radicalmente. Atrás van a quedar esas carreras masivas en las que estábamos en la línea de salida cientos, miles de runners, unos junto a otros, codo con codo, para tomar la salida. Con los espectadores otro tanto de lo mismo, los partidos y competiciones masivas de 50, 60, 70.000 o más espectadores será imposible volver a verlos en un tiempo.
  • Familias. Este es el único punto que creo que vamos a llevar mejor ya que creo que los abrazos y besos van a darse sí o sí, al menos unos pocos al principio aunque después los demos con bastante menos frecuencia que antes pero el solo hecho de poder visitar a familiares y amigos, ya es algo muy positivo.
Nueva normalidad

Aunque nadie puede saberlo con seguridad, así podría ser la nueva “normalidad” que tendremos que ir asimilando y haciendo nuestra cada día desde que se inicie la etapa de desconfinamiento. Será costoso porque aparecerá la resistencia al cambio.

Llevamos toda nuestra vida viviendo de una forma, con unas costumbres sociales, practicando nuestras aficiones y disfrutando de nuestro tiempo de ocio de una forma concreta y ahora, todo eso, tiene que cambiar y tenemos que adaptarnos a nuevas condiciones.

¿Hasta cuándo va a durar esta “normalidad”? Pues creo que hasta que se disponga de una vacuna contra el coronavirus al alcance de todos los ciudadanos.

Lo que sí tengo muy claro es que de toda esta etapa nos vamos a llevar un aprendizaje muy valioso y que será para siempre. Aprenderemos a valorar mucho más aspectos y situaciones que antes pasaban inadvertidas. Un aprendizaje que no se adquiere en el colegio: valorar la vida.

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