Pandemia adolescente

Pandemia adolescente

Artículos, Contenido, Redes Sociales

Todos hemos sido j´óvenes alguna vez. ¿Recordáis cuando teníais 16-17-18 años? Cómo nos gustaba salir con los amigos, ir de fiesta o tomar un café de esos de horas de duración los fines de semana. Nos comíamos el mundo.

Ahora. Paraos. Pensad por un momento: ¿Os imagináis que, de repente, nos lo hubieran arrebatado todo y no nos dejaran salir a la calle? Hubiera sido terrible…¿verdad? Pues eso mismo es lo que le ha pasado a los adolescentes desde marzo 2020.

Esos adolescentes a los que, al igual que a nosotros, les gusta salir, quedar con los amigos y todo lo que esa edad conlleva, ya no pueden hacerlo. Se han quedado sin fiestas de cumpleaños, graduaciones, viajes de estudios y muchos más eventos que son muy significativos en la vida de un adolescente. Echad la vista atrás y seguro que tenéis muy buenos recuerdos. Pero es peor aún, ya que por no poder, no pueden ni abrazarse, besarse ni nada que implique acercamiento.

Unos lo llevarán mejor, otros peor, pero no deja de ser algo terrible ya que en estas edades se viven momentos únicos, de esos que todos sabemos que no volverán. Pensad, por un momento, en esos jóvenes que tienen pareja, o están intentando empezar una relación, y solo pueden hablar por el móvil. Una situación triste pero muy real.

Y os hablo de primera mano, porque tengo un hijo en ese rango de edad, próximamente cumplirá los 17 años, y, aunque al principio lo iba llevando más o menos bien, este casi año de “encierro”, empieza a pasar factura.

Hace unas semanas, vino a preguntarme: “Papá…¿Pueden quedar personas no convivientes? Es que quiero ver a una amiga”. Le contesté que sí, pero que iba a mirar la última normativa para estar seguro y evitar problemas. A lo que me contestó: “He mirado todos los BORM de la última semana y creo que sí se puede”. Fijaos hasta donde llegó con tal de poder ver a una, solo una, de sus amigas…a leerse el BORM, algo que creo que no había hecho hasta ahora.  Cuando sale, le pregunto sobre lo que hacen y me dice “solamente dar vueltas por la calle. Todo está cerrado, parques incluidos…¿Qué mas podemos hacer?”. Triste, muy triste.

Y es que este “año de las pantallas”, tanto a nivel social como educativo, marcará a esta generación, habrá un antes y un después del confinamiento, sin duda alguna. Hablando con amigos y conocidos, te enteras de que hay chavales que no quieren salir a la calle, cuando antes no pisaban la casa, otros que se encierran en sí mismos para intentar ser ajenos a la realidad, trastornos de la conducta, cuadros de ansiedad y estrés en otros.

Leyendo sobre el tema, me crucé con el término japonés “Hikikomori”, que se utiliza para describir a la gente joven que se aísla. En estos meses, son muchos los que se han vuelto “Hikikomoris” por obligación, pasando una ingente cantidad de horas en sus habitaciones, pudiendo haberse creado, o acentuado, una adicción o problemas de salud mental, no es para tomárselo a broma.

Es una situación muy compleja y cada familia la gestiona de una forma distinta. Podemos hablar con ellos, explicarles la situación, que ellos se expresen y opinen, pero nosotros, los padres y madres, no podemos darles algo fundamental que necesitan: volver a salir con sus amigos, a disfrutar de la vida, de esas experiencias que te ponen los pelos de punta cuando las recuerdas o las “batallitas” que contamos cuando estamos tomando una copa con los amigos de toda la vida… Todo eso, no está en nuestra mano poder dárselo, y nos duele como padres, porque los ves sufrir y no puedes hacer nada.

Los adolescentes están en un momento crucial de su vida, en el que su “proyecto de persona” se empieza a asentar y se va forjando su identidad, un aspecto muy ligado a la interacción social de la que se han visto privados. Es un momento de su vida en el que la aceptación del grupo y los amigos son imprescindibles. Muchos de ellos se preguntan, con toda la lógica del mundo…¿Por qué nos pasa esto? ¿Por qué a nosotros? Pregunta sin respuesta.

¿Cómo podemos intentar ayudarles?

Podemos hacerles saber que estamos siempre disponibles para hablar con ellos, intentar que sus hábitos sean saludables o marcar un uso razonable de la tecnología.

Como padres, tenemos que hacerles conscientes de su responsabilidad social ya que la situación requiere del compromiso de toda la sociedad. Sin duda, la empatía con la situación que están viviendo será fundamental. Es el momento de practicar la resiliencia, adaptarnos a los cambios e intentar salir reforzados.

Esperemos que todo esto acabe pronto. No nos podemos hacer ni la más mínima idea de cómo lo están pasando porque nosotros, afortunadamente, tuvimos una adolescencia plena, viviéndola todo lo que pudimos.

#MiércolesDeReflexión

Te puede interesar…

Menú